Actualmente con esto del COVID-19 muchas empresas han entrado en crisis sin saber cuales pasos seguir o qué hacer con un futuro sombrío.
La respuesta para todos es: ¡ES HORA DE REINVENTARNOS!
En el pasado muchos habrán escuchado cosas como: teletrabajo, automatización, digitalización, disrupción, pero la que yo considero más importante porque engloba todo lo demás es: Revolución Industrial 4.0
A mi largo de vida laboral he sido testigo de un común denominador en todas las empresas que he trabajado. No solo al estar a cargo por más de una década de un departamento de IT en la industria de viajes, sino también brindando servicios de asesorías informáticas en campos diversos. Una actitud que todas las empresas tienen un común: miedo al cambio, a innovar, a salir de la zona de confort. Un miedo a lo desconocido, que muchos justifican diciendo, por ejemplo: ¿para qué cambiar si así lo hemos hecho siempre? ¿para qué hacer eso nuevo, si mi competencia no lo hace?
Es simple, en esta era las empresas que no evolucionan, no simplifican, no automatizan, están destinadas a morir. Porque quizás usted no lo sabe, pero la competencia si está haciendo cambios. Su competencia, que puede estar en la calle del frente o en Indonesia, está buscando como ganar un nicho en el mercado del futuro, ese que solo aquellas empresas que han evolucionado podrán tocar.
Basta ver la historia que se repite incesantemente con la misma lección, como en el clásico ejemplo del caso Kodak.
Reflexionemos sobre la historia de la Kodak para evitar tropezar con la piedra de otro. Kodak estaba seguro. ¿Quién no tenía una cámara Kodak? ¿Quién no compraba rollos Kodak? La competencia no estaba ni cerca de ellos, tenían el poder de innovar, de evolucionar, de surgir en la nueva era tecnológica. Y no lo hicieron porque creyeron en ésta máxima tradicional del idioma inglés: «If it ain’t broke, why fix it».
Y claro que se aplicaba, la fórmula que ellos tenían trabajaba a la perfección, tanto así que a pesar que ellos tenían el futuro en sus manos. Se dedicaron a perfeccionar sus rollos, el revelado, y las impresiones. Y la cámara digital creada por uno de sus ingenieros fue subestimada. Dejaron de lado el invento brillante de su propio empleado porque pensaron que todo seguiría igual.
Estamos en un momento para abrir los ojos y darnos cuenta de que el momento para cambiar de dirección y hacer cambios es ahora, no es más adelante. Desde hace como unos 5 años se habla de una disrupción digital y sus consecuencias. Ya hace dos años no se habla de una disrupción digital, porque ya es un hecho, estamos ante la Revolución Industrial 4.0
Un poco de historia. Ha habido, con esta, cuatro etapas en la revolución industrial: la primera en el año 1765 se dio con la mecanización, la máquina de vapor. La segunda etapa comienza en el año 1870 con la electricidad, la línea de producción, el motor eléctrico. Luego, la tercera que comienza en 1969 la revolución Informática, computadoras, y a automatización. Y actualmente estamos observando la cuarta Revolución Industrial, IoT (Internet de las Cosas), nube, coordinación digital, sistemas ciberfísicos, y robótica.
Estamos, inevitablemente haciendo una pausa en el camino actualmente y podemos cambiar levemente el rumbo que llevamos hasta hora. La industria turística de Costa Rica tiene que evolucionar, pero para que lo haga, todos tenemos que cambiar la forma en la que vimos hasta ahora el negocio.
Tenemos que automatizarnos, digitalizarnos, utilizar robots y con esto no me refiero a solo los robots esa máquinas enormes que fabrican cosas, me refiero a utilizar chatbots, inteligencia artificial. Hay que invertir y sacar mayor provecho a la inversión que se ha realizado en informática, hacer alianzas actualmente es la única forma de poder tener un nicho en el futuro mercado. Para poder subsistir en la época de las «vacas flacas» optimizando el uso de la tecnología bajando los costos operativos y aumentando de ésa manera la rentabilidad de las empresas.
Estamos ante la época del teletrabajo, de la simplificación de los procesos administrativos, de las comunicaciones automatizadas, de procesos de ventas ágiles y programados. Hay actualmente una sola regla al respecto: «Todo lo que sea repetitivo, lo hace una máquina, que para repetir algo nadie es mejor que una máquina, las personas son para pensar».
Al decir esto sólo reitero lo que los gigantes saben y han demostrado: Hay que sacarle mayor provecho al personal, a sus ideas, a su forma de ver el negocio, dejar que la creatividad fluya, ¡premiarla incluso! ¿Qué piensa el personal sobre qué hacer para aumentar ventas? ¿Hay alguna técnica o estrategia que use personalmente y que permita comunicarse más efectivamente con los clientes?, ¿Saben de clientes potenciales?
Dejemos a un lado el miedo. El miedo paraliza y eventualmente conduce a la muerte de las empresas y durante mi experiencia he sido testigo de los temores de las altas gerencias con las típicas preguntas:
– ¿Cómo garantizo la seguridad de mis datos?
– Con el teletrabajo ¿cómo sé que realmente están trabajando y no perdiendo el tiempo?
También he recibido afirmaciones como las siguientes:
– Eso debe de ser muy costoso y no tenemos plata para invertir.
– Estamos en temporada alta y no tenemos tiempo para hacer cambios y en temporada baja cambia a: Estamos en temporada baja y no tenemos el dinero para hacerlo.
– No tenemos la tecnología para hacerlo
Todas esas preguntas, dudas, temores son válidos, para eso es necesario que cuente con asesoría y un acompañamiento en la implementación. Caso contrario tendrán una ejecución infructuosa, con lo que solo habrán perdido dinero y creado una mala experiencia aumentando el ya gran temor al cambio. Por lo tanto, busque ayuda profesional, invierta en su futuro, en el futuro de su empresa.
El cambio es posible y el tiempo es ahora. Aprovechemos esta pausa en que todo se ha detenido para ver al futuro y pensar dónde y cómo evolucionar. Cómo surgir con ventaja. Qué hacer diferente luego de la crisis.
Ya muchas empresas se han adelantado, comenzaron su cambio desde que se hablaba de una disrupción y ellos se convirtieron en los disruptores, son los que están marcando el camino señalando el futuro, la buena noticia es que todavía está a tiempo para cambiar. Y en éste momento, tenemos el tiempo para vislumbrar quiénes seremos y qué haremos cuando esta tormenta pase.